El estilo industrial es una tendencia de decoración que se basa en los diseños de los viejos espacios de trabajo y fábricas. Las características más relevantes incluyen el uso de materiales sin tratar y rústicos como el metal, el hormigón y la madera envejecida, la exposición de elementos estructurales como tuberías y vigas, y la combinación de texturas y patrones para crear un ambiente urbano y contemporáneo. Los colores que predomina en el estilo industrial son los tonos grises, negros y marrones oscuros, y se complementan con tonos más llamativos para crear contraste. Los muebles tienden a ser resistentes y funcionales, con terminaciones rugosas y un aspecto desgastado, y a menudo se utilizan objetos decorativos de metal y vidrio para realzar el carácter industrial del espacio.
En términos generales, el estilo industrial pretende establecer un entorno con una personalidad única, en la que se conjuntan elementos funcionales y estéticos para alcanzar un espacio práctico y de gran impacto visual.